Vehículo

Cuando hablamos de “vehículo” en literatura no hablamos de coches (aunque también aparezcan), sino de una pieza clave del lenguaje figurado:

Tenor: lo que quieres decir (la idea, emoción o concepto).

Vehículo: la imagen con la que lo dices (lo que transporta el sentido).

Fundamento (o ground): el rasgo común que une ambos (la lógica interna de la comparación).

Dicho de forma rápida:
El tenor es el destino. El vehículo, el medio que lleva al lector hasta allí.

En Memorias de un tiempo robado se usa el vehículo con frecuencia para convertir emociones abstractas (zozobra, soledad, confusión, amenaza) en imágenes físicas que el lector puede ver, oír y sentir.


Cómo identificar tenor y vehículo

Lee esta frase de Memorias de un tiempo robado:

“ese cielo opaco que se cernía sobre él como un enorme paraguas

Tenor: la sensación de opresión / amenaza del cielo sobre el personaje.

Vehículo: “un enorme paraguas”.

Fundamento: algo grande encima que tapa, pesa y domina el espacio.

💡 Truco práctico: si puedes reemplazar “como…” por “es” y sigue teniendo sentido emocional, estás delante de un vehículo potente.


¿Para qué sirve un vehículo?

– Dar cuerpo a lo abstracto

“Pero, ¿qué era esa opresión en el estómago? Esa corbata demasiado tensa, cuyo nudo se va apretando poco a poco, segundo a segundo.”

Tenor: la angustia creciente, la sensación de ahogo emocional ante la pérdida y la incertidumbre.

Vehículo: “una corbata demasiado tensa cuyo nudo se va apretando”.

Fundamento: presión progresiva, falta de aire, imposibilidad de aflojar por voluntad propia.

Aquí el vehículo funciona de manera ejemplar porque:

Convierte una emoción abstracta (angustia) en sensación física.

Introduce temporalidad (“segundo a segundo”), lo que refuerza la asfixia.

No embellece: oprime, que es exactamente lo que debe hacer.

🔎 Aprendizaje clave

Un buen vehículo no explica la emoción: la reproduce en el cuerpo del lector.


Mini ejercicio (ajustado al ejemplo)

  1. Elige un tenor abstracto: ansiedad, culpa o miedo contenido.
  2. Exprésalo mediante una prenda, objeto o gesto cotidiano.
  3. Asegúrate de que el vehículo:
    • actúe sobre el cuerpo.
    • tenga progresión (más, menos, antes, después).

Ejemplo de consigna:

“No digas que el personaje está nervioso. Haz que algo se le cierre, le apriete o le pese.”


– Crear atmósfera

Ejemplo:

“Sus recuerdos son como un grupo de islotes en el vasto océano.”

Tenor: memoria fragmentada, inconexión.

Vehículo: “islotes en el océano”.

Fundamento: piezas separadas por una masa inmensa, imposible de unir a simple vista.

Mini ejercicio 2

Describe la culpa sin nombrarla.
Usa un solo vehículo de naturaleza (agua, piedra, bosque, cielo…).
Después, subraya el fundamento.


– Revelar personaje sin explicarlo

Ejemplo:

“un perchero que exponía sus tristes asideros como las ramas de otoño.”

Tenor: desamparo / vacío / abandono doméstico.

Vehículo: “ramas de otoño”.

Fundamento: desnudez, pérdida, estación de lo que cae.

El narrador no dice “está deprimido”: te lo hace ver.

Mini ejercicio 3

Tenor: soledad en una casa.
Prohibido usar “silencio” y “vacío”.
Escribe 4 líneas con un vehículo visual (objeto cotidiano + comparación).


Cómo construir vehículos mejores (método en 4 pasos)

Paso 1: Elige un tenor concreto

No “tristeza”. Mejor: “tristeza que oprime” / “tristeza que anestesia”.

Paso 2: Pregunta “¿a qué se parece en comportamiento?”

No en estética. En comportamiento.

Paso 3: Elige un campo semántico coherente con tu historia

Memorias… trabaja mucho con naturaleza, clima, materia, interiores, oscuridad/luz.

Ejemplo de interioridad sonora:

“El eco de sus pasos… como el rumor de una gotera.”

Tenor: tensión silenciosa / espera / desgaste.
Vehículo: gotera.
Fundamento: repetición mínima que corroe.

Paso 4: Recorta

Si tu vehículo necesita explicación, no es vehículo: es discurso.


Errores típicos (y cómo evitarlos)

❌ Vehículo tópico

Si tu imagen ya viene empaquetada de serie, el lector no siente nada.

❌ Vehículo que no comparte fundamento claro

Bonito pero falso = desconecta.

❌ Mezclar campos sin intención

Si tu novela es sobria y rural, un vehículo tecnológico puede romper el tono.


Taller final: disección + reescritura

Os dejo un pequeño “laboratorio” con un ejemplo del libro:

Ejemplo del texto

“ese cielo opaco… como un enorme paraguas.”

Ejercicio 4 (nivel pro)

  1. Mantén el tenor: opresión desde arriba.
  2. Reescribe el vehículo 3 veces:
  • una versión rural
  • una versión urbana
  • una versión íntima (doméstica)
  1. En cada versión, anota el fundamento en una palabra (peso, cierre, amenaza, aplastamiento…).

Cierre: el vehículo no adorna; decide

El vehículo es el mecanismo con el que conviertes pensamiento en experiencia. Si eliges bien:

  • subes la intensidad sin gritar,
  • construyes atmósfera sin explicarla,
  • y haces que el lector sienta “verdad” aunque lo que lea sea metáfora.

Y si eliges mal… el tenor se queda tirado en la cuneta.

Colofón: aprender a decir sin decir

Dominar el vehículo en la literatura no es un ejercicio ornamental: es una forma de pensar con imágenes. Cuando eliges bien el vehículo, el lector no interpreta; experimenta. Y cuando eso ocurre, el texto deja de ser explicación y se convierte en vivencia.

Escribir mejor no consiste en añadir recursos, sino en aprender a elegirlos: saber cuándo una imagen carga de sentido una emoción… y cuándo la ahoga. Ese aprendizaje no se adquiere de golpe, sino a base de lectura atenta, análisis y práctica consciente.

Si te interesa seguir profundizando en herramientas narrativas, diseccionar textos con lupa de escritor y entrenar la mirada para que cada palabra tenga peso, puedes suscribirte al blog. Compartiré guías prácticas, ejercicios comentados y reflexiones sobre escritura que no suelen aparecer en los manuales.

Porque escribir no es solo contar historias.
Es aprender cómo las palabras las transportan.